Descubre el secreto del equilibrio en el Manejo de la ansiedad
La ansiedad proviene de una respuesta primitiva de nuestro sistema nervioso central ante una amenaza percibida.
La ansiedad es una respuesta primitiva de supervivencia profundamente arraigado en nuestro cerebro, que resulta en tres respuestas específicas ante el peligro: lucha, huida y congelamiento. Nuestro sistema nervioso central se pone en alerta de la misma manera como si nos fuera a atacar un tigre y matar. Las pupilas se dilatan, sudamos, la respiración se corta y sentimos que el corazón se nos va a salir del pecho. En suma nuestro organismo está preparado para luchar o huir y en algunos casos se paraliza o congela.
En el mundo moderno, esta respuesta primitiva de supervivencia, no cumple ninguna función, ya que los peligros no son reales sino percibidos. El peligro percibido es la percepción, la idea o la sensación de que una situación, experiencia o evento es una amenaza directa a nuestra supervivencia, ósea de vida o muerte, aunque realmente no sea así, pero la respuesta de nuestro sistema nervioso central es igual a la primitiva. Percibimos estas situaciones como amenazas ya que contienen estímulos que desencadenan una memoria relacionada con un trauma o evento de nuestra niñez que resultó ser emocionalmente significativo y que se encuentra en nuestro inconsciente hasta el momento que el estímulo genera una recordación emocional y física pero aún inconsciente. Por ejemplo; abandono, negligencia, violencia intrafamiliar etc.
Hoy en día nuestra respuesta comportamental de supervivencia no es igual a la respuesta primitiva ya que hemos aprendido a responder a las situaciones que percibimos como amenazantes a través de otras estrategias que llamaremos; “estrategias tóxicas.” Por lo que esa energía represada que genera el sistema nervioso central se expresa en sentimientos de angustia, preocupación , frustración o rabia acompañados por pensamientos negativos, respuestas físicas y comportamientos poco saludables tanto para nosotros mismos como para las personas que nos rodean. Por ejemplo gritar, herir los sentimientos de los demás, ignorar, calumniar, consumir sustancias psicoactivas, autolesionarse etc.. Los comportamientos son variados y no se limitan a los mencionados.
Ya que nuestras respuestas comportamentales ante las amenazas percibidas no son iguales que en el mundo primitivo; lucha; pelear contra el enemigo, huir; correr hasta conseguir un sitio seguro; congelarse o paralizarse hasta que la fuente de amenaza se haya alejado, la energía queda represada y no se resuelve dentro de nuestro cuerpo sino que se traduce en cuatro componentes psicológicos que hemos desarrollado en el mundo moderno. Emociones fuertes de rabia, tristeza o frustración, pensamientos negativos, reacciones físicas (dolor de cabeza, dolor de estomago, espasmos musculares, sudoración, frio) y respuestas o comportamientos tóxicos, como los descritos arriba.